Algunos hombres buenos | Reseña de Cosas pequeñas como esas de Claire Keegan

Reseña de cosas pequeñas como esas de Claire Keegan

Cosas pequeñas como esas (Claire Keegan) aterrizó en mis manos este verano, como esas tórtolas pequeñas que Duncan le regaló al protagonista de la película de Solo en Casa, y que luego Kevin dio a su vez a la señora de las palomas como prueba de su amistad. Novela cortísima o cuento largo, te la leerás de corrido, sintiendo bien adentro su efecto mariposa, una telaraña luminosa y también dolorosa de actos y de consecuencias.

El protagonista de esta historia es un hombre bueno y melancólico que se desloma trabajando en su empresa de carbón para que a su mujer y a sus 5 hijas no les falte de nada. Aunque Furlong calienta a muchas familias en el gélido invierno del pueblo irlandés, un día ve algo que le mete el frío en el corazón y desenreda sus viejas heridas, remueve algún fantasma del pasado y le hace cuestionarse acerca de los cimientos del lugar donde vive.

Cosas pequeñas como esas, publicada por Eterna Cadencia Editorial, tiene encima la pena de un viejo cuento de Andersen, la certeza de que las decisiones son los engranajes que mueven, como pequeñitos relojeros, los motores del mundo; la seguridad de que todo será distinto mañana si caminas por el mundo con los ojos bien abiertos. Diría que es una historia sobre la conciencia propia, sobre las señales invisibles, sobre no mirar hacia otro lado. Sobre cómo el sufrimiento ajeno se te puede meter en el pecho como un día de nieve.

Sus escenas son nítidas y cinematográficas, saben y huelen. A manteca, a carbón quemado, a puerto helado, a incienso de iglesia, a heno.

«Furlong continuó caminando algo avergonzado, pensando en la chica de Dublín que le había pedido que la llevara hasta ahí para poder ahogarse, y en cómo él se había negado; y en cómo, después, se había perdido por los caminos secundarios; y en el extraño anciano que ese atardecer cortaba los cardos en la niebla, y en lo qué le había dicho sobre cómo el camino lo iba a llevar adónde él quisiera ir».

Imagen de portada | andreas kretschmer/Unsplash

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