Aunque solo es un débil pestañeo en los ojos de la Vía L´áctea o un suspiro para los árboles más viejos, un día puede cambiarlo todo. O mejor dicho, un día puede condensar una vida entera, devolvernos a través de las huellas la naturaleza verdadera de las cosas. Un día sirve para rascar la costra del trigo, de los caminos y de las brasas y descubrir quienes somos.
Un día demasiado caluroso en los últimos coletazos de sequía en una pequeña granja familiar es el escenario elegido por Cynan Jones para su Tiempo sin lluvia, una novela corta muy especial, que parece forjada con el mismo líquido que la tierra lleva por dentro, el agua fresca con la que sueñan las vacas, la densidad de los huesos en un pantano, el cuerpo humano mutando, las raíces de los hongos creciendo bajo nuestros pies, la rueda de las estaciones que nunca deja de girar.
Escrita en 2007 por el autor galés pero recién llegada a España gracias a la labor de Chai Editora, la novela deslumbra por la complejidad de los personajes tras la aparente sencillez de su historia, que echa a andar a la vez que una vaca. Sí, una muerta de sed que se fuga del establo en busca de un abrevadero fresquito. También hay una niña con una intuición casi mágica para comprender el universo de los adultos y sanar sus males, un padre que relee viejas memorias y se pregunta hacia dónde va su vida, un perro enfermo, un adolescente con ganas de echar a volar, una mujer a la que el cuerpo devuelve la tristeza en forma de migrañas, un perro viejo y un paisaje que no es solo un escenario, sino el engranaje de la historia misma. Gareth sale a buscar a la vaca, y el día echa a andar, como un puñado de esporas.
Con una sensibilidad aguda, Cynan Jones muestra un peculiar prisma para explicar el mundo en Tiempo sin lluvia: un mundo en el que la naturaleza no salva ni redime, simplemente sucede. ¿Cómo criar a dos hijos en el campo en pleno siglo XXI, entre el legado de los ancestros y un mundo asfixiante? ¿Qué hacer con el deseo -o con la falta del mismo- que quiebra los cuerpos como espigas? ¿Puede una súbita tragedia enderezar a una familia carcomida? Estas, y otras preguntas, no siempre con respuesta, surcan la cruda y hermosa novela de Cynan Jones. Por Galicia decimos que nunca choveu que non escampara. Pero cuando escampa, el mundo ya ha vuelto a girar y nosotros, aquellos, ya no somos los mismos. Como al final de un día cualquiera, de un día amarillo.
Imagen de portada | Gozha Net on Unsplash