Si eres de los que nunca se cansan de los miles de viñetas de la niña argentina más famosa del mundo del cómic, si te has reído a carcajadas con sus triquiñuelas para escapar de cada repulsiva cucharada de sopa, si has vivido la ironía de sus divagaciones sobre los conflictos armados, su amor por los Beatles o la entrañable relación con su hermano Guille, conocerás -y querrás, desde luego- a todos sus particulares amigos. Pero, ¿sabes qué personaje serías si formases parte del universo de Mafalda? Hoy te aclaramos las ideas:
- Mafalda: Si los condimentos de tu personalidad son 50% pesimismo/50% ironía, te duermes con la oreja pegada a la radio, crees que el mundo se está yendo a la mierda -aunque guardas un poquito de esperanza de que se arregle-, te lo pasas pipa discutiendo y cuestionas todos los convencionalismos sociales, eres igual que Mafalda, la protagonista creada por Quino. La personalidad de esta niña es un cóctel precoz de humor negro, feminismo, acidez y curiosidad. La argentina es entusiasta de Los Beatles, el Pájaro Loco y los panqueques, se imagina estudiando idiomas y trabajando como intérprete en las Naciones Unidas para lograr la paz mundial, está firmemente convencida del progreso social de la mujer y adora a sus mejores amigos, Felipe y Susanita. En ocasiones, se muestra asfixiada por los problemas del mundo y suele debatir sola junto a su inseparable globo terráqueo.
- Felipe: Si tu deporte favorito es procrastinar y tu lema vital «no dejes para hoy lo que puedas hacer mañana», te consideras una persona tímida, enamoradiza hasta lo platónico y detestas salir de la comodidad de tu sofá para ir a clase, eres un calco de Felipe, el gran indeciso de esta tira cómica, bonachón, tremendamente inocente y con la cabeza en las nubes. La inmensa mayoría del tiempo, construye mundos de fantasía que lo absorben y lo distraen completamente de la realidad, por lo que vive eternamente agobiado por sus tareas escolares y su dificultad para mantener la atención. Inspirado en Jorge Timossi, un amigo de Quino, adora jugar al ajedrez y leer El llanero solitario, guarda en secreto su amor por una vecina, odia hacer los deberes y ve el mundo con ingenuidad, soñando con ser apuesto y valiente. Felipe es justo, despistado, perezoso y vulnerable, y suele despertar en los demás una inevitable ternura. ¿Te recuerda a alguien?
- Manolito: ¿Lo tuyo no son las sutilezas, sueñas con fajos de billetes para poder cumplir tus sueños y no eres precisamente, demasiado ancho de miras? Quizás guardes algún paralelismo con el bruto Manolito, habilidoso en cálculo y matemáticas, pragmático a más no poder, sin demasiadas pretensiones culturales -pero si empresariales- y cuyo máximo ídolo se trata del multimillonario Rockefeller. Hijo de españoles -pues caricaturiza al inmigrante gallego-, este simpático y tosco personaje ayuda a su padre, dueño del almacén don Manolo, y su principal ambición es poseer una cadena de supermercados cuando crezca. Tiene una amistad de amor-odio con Susanita, que por su falta de delicadeza lo ha apodado con el nombre de Bestia. A Manolito, la política, la actualidad o la fantasía se la traen al pairo. Es sensato, conservador, materialista y responsable, siempre lleno de energía para trabajar, vender almanaques y hacer publicidad de su negocio familiar con bastante pericia. Es el personaje más realista, siempre con los pies en la tierra. Por otro lado, sus pasiones son tan encendidas como sus odios y como buen capitalista, detesta la contracultura hippie. ¿Hay un Manolito asomando en tu interior?
- Susanita: ¿Te pasas en ocasiones con el humor cruel y no puedes evitar juzgar a la gente por sus apariencias? ¿No tienes pelos en la lengua y hasta disfrutas con la polémica? Entonces, sin duda tu alma gemela se trata de Susanita, la mejor amiga de Mafalda. Odia compartir protagonismo y tiene un ego desmedido. Susanita es controvertida, egoísta y carente de sensibilidad social, obsesionada por la moda y su propia imagen, además de ser la eterna rival de Manolito y mostrar interés romántico no correspondido por Felipe. Nerviosa, hiperactiva, pícara y enamoradiza, no le entusiasma compartir sus cosas, es reacia a interesarse por la realidad mundial, la pobreza o la liberación de la mujer que tanto interesa a su amiga Mafalda. Apuesta por ideas de bombero como esconder a los pobres y le encanta que el resto envidie su aspecto, su ropa o su éxito. Su máxima aspiración es encontrar un marido rico y exitoso y tener un montón de hijos. Mientras eso no sucede, disfruta cotilleando los chismorreos del vecindario, un esnobismo heredado de su madre, tan clasista como ella. Nunca es consciente de la exasperación que provoca en los demás, a pesar de que en el fondo, adora a sus amigos. Entre sus frases célebres encontramos perlas como «Amo a la humanidad, lo que detesto es a la gente.»
- Miguelito: ¿Te despiertas todos los días con curiosidad por saber que te depararán las próximas horas? ¿Tus amigos dicen que te haces querer sin hacer nada, que eres único y especial? ¿Se rien de por vivir en la berza? ¿Ignoras el móvil, eres despistado y sueles hacerte constantes preguntas absurdas acerca de todo lo que te rodea? En tal caso, tu alterego de Quino no es otro que Miguelito, el benjamín de los amigos de Mafalda si excluimos a su hermano Guille. Este niño con pelo en forma de lechuga representa la ingenuidad, la ilusión y la inocencia, por lo que brotan de su boca miles de ocurrencias tan abstractas como profundas. Es una persona auténtica, impulsiva, aguda y con cambios de humor que lo hacen reír a carcajadas y también entristecerse. Repleto de buenas intenciones, detesta pasar desapercibido y aunque siempre acepta las críticas con humildad sus excesos de sinceridad pueden hacerlo parecer cruel. Tiene un carácter todavía más filosófico que Mafalda, pasa el día divagando y sueña con ser famoso.
- Libertad: ¿No te pierdes ninguna manifestación a favor de las causas que defenderás hasta la tumba? ¿Sueles ser radical y tajante en tus argumentos? ¿Perteneces a alguna organización ecologista, reivindicativa o solidaria? Si es así, guardas similitud con Libertad, la más bajita de la pandilla de Mafalda -también la más parecida a la protagonista en cuanto a ideología-. De familia socialista, sus temas preferidos son la revolución, la clase proletaria y los problemas del mundo. Devora libros, es charlatana, fanática de la limpieza y amante de las personas simples. Menos existencialista que Mafalda, Libertad defiende sus ideas con agresividad y ahínco, tiene una personalidad incendiaria y es alegre, incisiva y cabezota.
- Guille: Si eres una persona tierna, ingenua y vives en tu pequeño mundo de yupi, es probable que te parezcas a Guille, el adorable y zarabeto hermano pequeño de Mafalda, al que el llama «Mafaddita». Guille es travieso, juguetón y le encanta llamar la atención de los demás constantemente. No es capaz de entretenerse sin ensuciarlo todo, logrando con ello enfurecer a su madre gracias a los creativos garabatos que ensucian las paredes. Dueño de una agilidad mental totalmente excepcional para su edad, es imaginativo, torpe y necesita constantemente afecto y cariño, sobre todo de su hermana mayor. A pesa de que no sabe repartir muy bien las culpas, es consciente de que hay algo equivocado en el mundo. ¿Conoces a algún Guille?
La complejidad de los personajes de Mafalda es tal, que incluso existen análisis del simbolismo que tienen a nivel político: La familia de la prota -Guille y sus padres- son una caricaturización de la clase media prototípica de los años sesenta, mientras que Susanita parodia el racismo y el machismo, Manolito es el perfecto emblema del capitalismo, Felipe un paradigma de la cultura global, Libertad hace justicia a su nombre y Mafalda critica con desdeño el comunismo, la pobreza o la dependencia. Todo ello sin olvidarnos de su lenta tortuga, irónicamente llamada Burocracia.
Quizás no te parezcas demasiado a ninguno, o reconozcas en ellos el fiel reflejo de algunos de tus amigos. Lo mejor de Mafalda y sus personajes es que, a pesar de las enormes diferencias entre ellos, su amistad sobrevive a prueba de bombas, viñeta tras viñeta, como un sentimiento indestructible. Y siempre salpicado de risas.