¿Te gusta jugar a la hora de escribir? Los surrealistas empuñaban el lápiz para sumergirse en ejercicios de escritura automática, liberando su mente de las ataduras del inconsciente y utilizando técnicas procedentes del psicoanálisis freudiano. Así nacieron los versos de André Breton o Paul Eluard, los deliciosos cadáveres exquisitos o quebrantahuesos surgidos de experiencias hipnóticas, mientras Apollinaire construía poemas a partir de caligramas, Dalí vomitaba en cuadros aquellos sueños morbosos y putrefactos que lo atormentaban -lo que denominó método paranoico-crítico-, y Leonora Carrington o Dorothea Tanning pintaban personalidades zoomorfas en sus lienzos a través de una compleja simbología. En el turbulento y divertido cabaret Voltaire de Zurich, dadaístas como Tristan Tzara o Marcel Jank jugaban con la deconstrucción de las palabras y la eliminación de toda lógica, renovando el lenguaje y los materiales artísticos a través de la rebeldía y la destrucción.
Más de un siglo después, a la hora de coger un bolígrafo y un folio es fundamental tener presente el juego como elemento fundamental para escribir, disfrutar creando historias y tener un as bajo la manga, un conjunto de recursos que despierten nuestra imaginación dormida o saturada de estímulos externos y de prisas cotidianas. Los surrealistas y los dadaístas fueron dos corrientes artísticas que jugaron y desmontaron el objeto artístico y el lenguaje literario tradicional a través de cientos de premisas y métodos, explorando los entresijos más ocultos de la mente para hablar de rebeldía, muerte, sexo o existencialismo. Puedes echarle un vistazo a sus técnicas más famosas en el siguiente enlace.
Hoy, en nuestro apartado de ejercicios de escritura creativa, también queremos jugar contigo y por eso, vamos a proponerte diez principios originales para que te inspires y decidas escribir un cuento o microrrelato. ¿Te atreves?
10 principios originales para comenzar a escribir
- Cuando abrí los ojos, no paraba de sangrar.
- Toc-toc. Suena la puerta. ¿Sería ella? ¿Sería él?
- Nunca creí que un superpoder pudiese hacer tanto daño…
- Todos los edificios estaban apagados, salvo tu ventana.
- De verdad que no quería darle en la cabeza, pero era la primera vez que empuñaba una pistola.
- ¿Sabrías como sacar un regalo de una fosa sin vomitar?
- Encantada. Me llamo Isabel y aunque ustedes no lo sepan, ya estoy muerta.
- Isaac no lo sabía, pero la bomba era un microchip en su estómago.
- Cuando se despertó, solo recordaba un montón de cuerpos desnudos, sexo y saliva.
- Esta no es mi maleta. La mía, desde luego, contenía algo mucho más valioso que un montón de libros de vaqueros y una caja de chinchetas.
¿Te atreves a escribir un relato a partir del comienzo que más te inspire? Déjanos un comentario en la web o en las redes sociales con tu creación literaria.