Diana J.Torres, más conocida como Diana Pornoterrorista (Madrid, 1981) es una artista multidisciplinar que combate el patriarcado, el sistema capitalista y el binarismo de género a golpe de versos, puños y orgasmos, talleres callejeros, performances variadas, conocimientos compartidos y chorros empoderadores. Sus trincheras frente a este mundo horrible son la poesía, el posporno, el transfeminismo y la disidencia.
La editorial Txalaparta ha publicado sus obras Pornoterrorismo (2011), un vivo alegato que abre en canal la hipocresía y la censura para desollar las convenciones en torno al sexo, la moral o la política, reivindicando de forma radical la libertad, el deseo y la imaginación, y Coño Potens (2015), un completo manual sobre el poder de la próstata y la eyaculación femeninas que, desde una visión tan didáctica como combativa busca resetear por completo la colonización heteropatriarcal que la Ciencia, la Iglesia o el Estado han perpetrado en nuestros cuerpos y mentes.
Hablar con Diana es imbuirse de energía liberadora, aprender, resistir y empoderarse. Es beber de la rabia, dinamitar el poder, defender nuestro deseo, aterrorizar al sistema y enarbolar la alegría como venganza. Es el momento de que lo compruebes por ti mismx.
Sé que te lo preguntan incluso más que tu propio nombre, pero una vez más, ¿qué es el pornoterrorismo? ¿Cómo definirlo a alguien que no tiene ni la más remota idea del término?
Efectivamente me lo han preguntado muchas veces, cada vez hago la respuesta más y más breve: es lo que a ti te dé la gana, es una forma de resistencia al patriarcado, es un juego, es una estrategia bélica y gozosa. En general cuando alguien llega hasta el término es porque ya trae un interés previo, digamos que no es algo que llegue a ti en la escuela o lo veas en anuncios por la calle, es parte de la cultura sumergida en cierto modo. Mi respuesta, aún así, para personas que no saben nada sobre ello suele estar basada en la etimología de las palabras que lo conforman: porno viene de porné, prostituta en griego y terror viene de la onomatopeya (también griega) trrr que significa temblar. Esto deja como resultado que el pornoterrorismo es todo aquello que las putas hacemos temblar o desestabilizamos y con putas no me refiero sólo a las que ejercen la profesión sino a todas aquellas personas a las que se les adjudica ese adjetivo y también a lxs disidentes de género, a las que somos dueñas (o lo intentamos) de nuestro deseo.
“Si educas a una criatura para que sea libre, generosa, buena, inteligente y amante de la belleza, cuando la sueltes al mundo se convertirá en un monstruo. Porque el mundo está lleno de cárceles físicas e ideológicas y la palabra libertad es más un eslogan publicitario que una bandera”.
Te criaste un hogar basado en la libertad y la amplitud de miras. ¿Cuál fue tu sorpresa al darte de bruces con ese sanguinario mundo exterior?
Que nos han hecho mucho mucho daño, más del que aparentemente mostramos, envenenándonos con religiones, autoritarismos, ideas patriarcales, restringiendo el acceso a nuestro propio cuerpo, etc. En general a lxs niñxs se les educa a no pensar libremente, con manipulaciones, mentiras y silencios. Ver en los cuerpos y mentes de lxs demás esas heridas que no están en mí me sumió durante la adolescencia y algo posteriormente en una tristeza incalculable.
¿Qué mecanismos decidiste utilizar para enfrentarte a él?
Básicamente follar, el sexo me salvó la vida. Y tratar de establecer relaciones sexo-afectivas con las personas afines para poder formar una especie de “núcleo” marginal de apoyo mutuo y protección.
Te defines a mucha honra como transgresora, bizarra, molesta, transfeminista y queer. ¿A través de qué experiencias clave has sido consciente de definirte como tal?
Lo de bizarra, molesta y transgresora me lo dijo la sociedad en que vivimos. Y yo me lo creí y lo asumí como parte de mi identidad o mi forma de ser, por toda esa cosa tan sana de la reapropiación y resignificación del insulto. Lo de feminista la verdad es que no entiendo cómo siendo anarquista o estando en contra del sistema que habitamos no es algo que automáticamente se es, dado que la base de todos los males que padecemos proviene de la organización patriarcal sin la cuál muy posiblemente ni el capitalismo existiría. Y lo de queer pues lo asumí porque nunca he sido capaz de sentirme identificada (como persona no heterosexual) con la gran mayoría de personas homosexuales, que pareciera que sólo persiguen parecerse a la gente “normal”. Yo nunca quise ser normal y con respecto a mi género difuso algunas ideas que provienen del movimiento queer me vinieron muy bien en su momento, pues aunque me defino como mujer por posicionamiento político, considero que esas categorías, al igual que la de hombre, se me quedan muy pequeñas.
¿Te atreverías a enumerar, a modo de contramanifiesto de la norma católica, diez mandamientos del pornoterrorismo?
No, jamás, qué horror, jajajaja, qué pereza y qué forma tan drástica de enjaular el concepto. Nunca he tenido mucha madera de gurú, creo que lo de pornoterrorismo en manos de otra persona más “hábil” con la manipulación mental bien pudiera haber acabado como secta.
Defines en tu primer libro el escenario como cama, patíbulo, alfombra voladora, plaza de toros, ruleta rusa, sumidero, cuna, altar, matadero y subterfugio. ¿Cuál crees que es el principal valor que aportan tus performances? ¿Por qué ese medio artístico y no otro?
Creo que la performance (al menos las que yo llevé a cabo con todo el rollo de pornoterrorismo) tiene mucho poder de comunicación porque no explica las cosas que propone sino que las hace acontecer delante de las narices de la gente que lo presencia, y de algún modo les permite vivir esa parte de ti. En mi caso yo elegí siempre “partes de mí” que creí que podrían serles útiles a lxs demás, y me consta que lo fueron en muchos casos, para bien o para mal. También es un formato comunicativo que no requiere de estudios, ni medios económicos, ni siquiera espacios escénicos. Tú puedes hacer una performance con tu propio cuerpo como única herramienta y eso siempre me gustó mucho, se me hacía más accesible que cualquier otra vía comunicativa o de expresión artístico-política.
Empezaste con Pablo Raijenstein en el 99. ¿Podrías hablarnos un poquito de tus comienzos? ¿De dónde surgían las ideas para estas primeras performances pornoterroristas?
Aquello fue una cosa muy bella, rabia adolescente puesta en escena con la peor de las intenciones. Muchas de las ideas, sobre todo las relativas a las estéticas y lo escénico, provenían de la perversa mente de Pablo, que de algún modo estaba influenciado por diversas ramas de lo que podríamos considerar cuestiones de culto o bizarras (el cine gore y de John Waters, la magia, la música experimental o industrial, etc). En mi caso a mí sólo se me ocurrían marranadas, tenía muchas ganas de sexo y de incomodar a la moral beata de la gente en general, ensuciar a todo el mundo, cagarme en sus conciencias. O algo así, han pasado casi 20 años desde aquello…
Te decidiste también a utilizar Internet como medio de difusión, contando tus experiencias en tu blog. Sin embargo, “tanta” es la libertad de expresión que Google lo indexa como página no segura, y tú misma relatas que ha sufrido terribles problemas de censura. ¿Desde qué espacios y lugares decides hacer frente a ese absoluto ataque al libre pensamiento?
Desde el software libre y toda la cultura y estrategias de contraataque que lo rodean. Desde las primeras censuras en Internet me di cuenta de que tenía que aprender el funcionamiento interno de esas máquinas y esos algoritmos que rigen nuestra ciber-vida. Tuve la buena suerte de encontrarme con personas que me ayudaron mucho a entrar en ese mundo extraño de unos y ceros. Linux para todxs!!!
Publicas con la editorial Txalaparta el libro Pornoterrorismo en 2011, proyecto para el que te dieron luz verde para hablar de todo aquello que te sale de las entrañas. ¿Qué sucedería si todo el mundo se animase a ser pornoterrorista?
Supongo que el mundo sería muy diferente, tan radicalmente diferente que no sería necesario ningún tipo de terrorismo. Pero más allá de la utopía, veo muy difícil que la gente se animara a ser, como dices, pornoterrorista, entre otras cosas porque el hecho de serlo parte desde un privilegio (blanco, europeo, con acceso a educación e internet, etc) que no se puede invisibilizar o negar y que de algún modo la carencia del mismo hace imposible para millones de personas siquiera plantearse que la realidad que viven puede ser cambiada, porque seguramente no puede serlo.
Cada capítulo es una ventana a una realidad invisibilizada que, por fortuna, el sistema no ha logrado domesticar. Dedicas un episodio a hablar del miedo al placer no catalogado y a las prácticas deslegitimadas. ¿Por qué crees el Estado y el capitalismo se quieren meter hasta en la cama de la gente?
Es en los ámbitos de lo personal, lo corporal y lo íntimo donde el sistema tiene a sus mejores soldados, porque no se puede dominar a una persona y meterle todos esos dogmas en la cabeza si la propia persona no trae adentro de sí misma la predisposición a dejarse. Nos meten estos pequeños policías dentro, y son parte de nuestra identidad, es muy cruel. Un ejemplo muy simple: un hombre heterosexual muy pocas veces se dejará penetrar analmente por su compañera porque ese pequeño acto daña su masculinidad, su identidad como hombre. Al Estado capitalista no le conviene que sus sujetos de acción (sobre todo los que tienen poder, los hombres heterosexuales) comiencen a cuestionarse la veracidad de sus identidades “normales” e impuestas porque entonces empezarían a cuestionar el sistema completo en el que viven y todo se iría al carajo.
Para mí el sexo es una fuerza liberadora y de conexión con el propio yo increíble, si esa potencia se escapara del control del sistema, todo cambiaría. O al menos eso cree esta anarquista medio ingenua aún.
¿Es, o debe ser, lo sexual más político, y nuestros cuerpos más campos de batalla que nunca?
Yo el cuerpo más que como campo de batalla (porque eso es una cosa muy fea, sobre todo después de la batalla, que en nuestro caso siempre es perdida) me gusta entenderlo como arma o como barricada o como subterfugio. Desde luego hay una guerra contra todos los cuerpos que se escabullen de los parámetros de lo normal, pero creo que la estrategia (además de reconocer que estamos en peligro) debe pasar por proteger el cuerpo y tratar de que lo que hagamos con él, su alegría, su goce, sus deseos autónomos, sea nuestra forma de defendernos, de vengarnos, de lastimar al enemigo. Como dicen en algunas manis: Nuestra alegría es nuestra venganza.
Lo sexual es sin duda político, sólo nos falta darnos cuenta de ello y empezar a generar contrapolíticas de defensa o a siquiera participar de las políticas existentes desde una disidencia.
Además, dedicas otro capítulo a hablar de lo que englobas como sexos terroríficos, sector en el que metes a los menores de edad y a las personas con diversidad funcional. ¿Cuál es el motivo por el que se anula toda libertad sobre cuerpos considerados no productivos?
El tema es que no es que sean cuerpos no productivos sino que lo que producirían no se ajusta con los ideales capitalistas de explotación de humanos, de productividad. Y no hablo necesariamente de la generación de otro ser humano, sino más bien de la producción sexualidades creativas, empoderantes y no sujetas a los estándares de lo que una sexualidad “normal” (y connivente con el poder) debería ser.
Entrecomillas como patologías pornoterroristas el sadomasoquismo, la disforia de género y el exhibicionismo. ¿Dónde crees que está la línea que la sociedad binarista pone para diferenciar prácticas aberrantes y normalizadas?
Esa línea para mí está sólo en la mente de quienes se creen con el derecho de juzgar y diagnosticar a todo aquello que no sea igual a sí mismxs y sus propias prácticas. Generalmente esa línea fronteriza entre lo normal y lo desviado la traemos todas las personas adentro. Es lo que decía antes: nos han instalado una policía interna que juzga y critica y actúa en base a ello y que es mucho más efectiva que cualquier prohibición legal o diagnóstico médico: el juicio social tiene mucho poder, también de condenar y castigar, es toda una institución!
Tu capítulo dedicado a la poesía es totalmente incendiario, la verdad es que me encanta. ¿Tienes algún poema favorito de entre todos los que has escrito y que recitas en tus performances?
Mi favorito es sin duda Transfrontera. Pecados también me gusta mucho.
También hablas de la importancia del transfeminismo y de un movimiento queer real. ¿Verán nuestros ojos una sociedad mejor en este sentido? ¿Cómo contemplas la dirección del movimiento feminista hoy en día?
No creo que vayamos a verlo, esto va a peor a pesar de esa ilusión extraña y novedosa de que el feminismo está tomando el poder. Al menos en el feminismo que yo practico, la toma de poder (o el reemplazo del mismo) no me interesa en absoluto, de modo que ese feminismo emergente, que logra introducirse en el aparato del Estado y en los Mass Media y que da esta falsa sensación de haber logrado cosas, ni me incluye, ni me beneficia.
Y hablo del feminismo del lugar de donde procedo, de los feminismos latinoamericanos aún no me atrevería a decir hacia adónde van, a pesar de llevar en este lado del mundo tres años y pico.
Tu prosa pertenece a la quinta de amigas y creadoras como María Llopis o Itziar Ziga, cuyos múltiples méritos residen en acercar su visión del mundo a personas cotidianas, rechazando el exceso de academicismo. ¿Crees que hoy en día es complicado que los sectores más jóvenes vayan a la biblioteca a por un ejemplar de Paul B. Preciado o de Judith Butler?
Bueno, al menos esos ejemplares que citas estarán en las bibliotecas! Desde luego no lo están mis libros ni los de Ziga ni los de Llopis, o al menos los míos, de eso estoy segura.
Para mí no se trata de un mérito escribir de la forma en que lo hago, es tan sencillo como transcribir los pensamientos. Así pienso, así hablo, así escribo. El mérito (y el privilegio) lo tienen quienes se pasan media vida en las universidades, quienes tienen tiempo para leer y leer y acudir a congresos, ponencias, etc. Aunque creo que sería mucho más meritorio haber pasado por todos esos procesos de aprendizaje y todas esas lecturas y ser capaz de escribir para cualquier persona lectora, sin dejarse caer en el código encriptado y clasista del lenguaje académico.
Sobre los sectores más jóvenes: creo que cualquier cosa que esté internet circulando de forma gratuita y en descarga libre (como mis libros) será lo más accesible para esta generación que nació en la era cibernética y de los teléfonos inteligentes. Sinceramente, no me imagino a la gente más joven yendo a la biblioteca a por libros de papel, ha de parecerles como la peor de las antiguallas y de lo menos cool.
Con tu perfil totalmente multidisciplinar te has involucrado en proyectos como el festival posporno La Muestra Marrana o Perrxs Horizontales, un grupo de prostitución queer. ¿Cuáles han sido las iniciativas que han resultado más enriquecedoras para ti?
La Muestra Marrana es mi hija predilecta. Ya llevamos 8 ediciones (la siguiente será en Quito, Ecuador) y se trata de un evento que da muchos quebraderos de cabeza pero también muchas satisfacciones. En la del año pasado acá en Ciudad de México vinieron 3000 personas en 5 días!
Otro de los proyectos más positivos para mi vida ha sido la publicación de mis libros y sus consecuentes presentaciones que me han llevado por un montón de lugares y a conocer a un sinfín de gente increíble. Básicamente a través de la publicación de Pornoterrorismo y de Coño Potens he conseguido tejer una red de afinidades que sospecho no sería tan amplia ni fuerte sin ellos.
Hablemos de posporno para quien no conozca el término. ¿Qué límites y fronteras derriba y cuál es el propósito?
El postporno es sólo una representación de la sexualidad humana desde una óptica diferente a la que nos tiene acostumbradxs la pornografía tradicional, comercial. Y esa óptica suele estar marcada por el feminismo. Desde mi punto de vista es muy útil para llenar un vacío cultural y político espantoso en cuanto otras formas de entender el cuerpo, la sexualidad y el género.
Afirmas que “una de las peores cosas que ha hecho el catolicismo a la humanidad reside en sus lecciones de amor. Cuando lo pienso bien no se por donde empezar a vengarme. De todos los crímenes que la Iglesia ha cometido el uso del amor instintivo de las personas para su propio beneficio mercantil y político es el que más me repugna”. ¿Es necesario desestigmatizar la venganza y hacerla productiva?
La venganza siempre es productiva, pero nos ha sido vetada por incorrecta, poco ética y peligrosa. Pero en realidad se trata de algo muy bello que llevamos adentro (me atrevería a decir que de forma “natural”) todas las personas: nuestra conciencia de equilibrio y de justicia. El catolicismo se encargó de atrofiarnos esa capacidad de reacción ante lo injusto a base de decir que había unos agentes externos y divinos, invisibles, que establecerían el equilibrio en algún momento (incluso post-mortem, qué ridículo). Pero tal cosa no existe, nadie va a hacer ese trabajo por nosotrxs.
”Nuestras armas vienen integradas dentro de nuestros cuerpos, no necesitamos una industria que nos avale y nuestro sexo, nuestro deseo y nuestro amor-odio están ahí para ayudarnos a cambiar las cosas”. Como hablaremos ahora al profundizar en Coño Potens, ¿aprovechamos las mujeres el potencial político de nuestros cuerpos?
Para nada. Ni las mujeres, ni los hombres, ni absolutamente nadie. La gran mayoría de nosotrxs ni siquiera hemos pensado jamás que tener un cuerpo sea algo político, aún con lo evidente que se hace en una sociedad que precisamente lo que explota son cuerpos, nuestros cuerpos, la fuerza de trabajo, de consumo.
Si les preguntasemos a 100 mujeres cuántas creen que tienen próstata, ¿cuántas crees que responderían que si?
Pues depende de dónde lo preguntes, no? Si lo haces en unas jornadas feministas posiblemente unas cuántas (quiero creer) te dirían que sí. Si lo haces en la calle de cualquier ciudad o pueblo del mundo, o incluso en una facultad de ginecología, posiblemente muy pocas responderán siquiera algo. Se trata de una información que lleva siglos siendo negada y silenciada y que además es profundamente incómoda para el sistema, de manera que el hecho de que algunas escribamos libros, demos talleres, difundamos por la red o hablemos sin descanso de ello, no va a cambiar esa realidad tan fácil o rápidamente. Falta mucho por hacer aún, ya no en el campo de la investigación sino en el de la difusión.
En este manual sobre el poder de los fluidos y el autodescubrimiento del cuerpo, comienzas hablando del desconocimiento que hay sobre la materia. La mayor parte de mujeres que eyaculan creen que han orinado, y además, sufren una terrible sensación de vergüenza. ¿Desde dónde se genera esta ignorancia impuesta?
Supongo que desde la importancia que tiene que la ciencia avale la existencia de dos género únicos como categorías cerradas, que es sin duda lo que sustenta el patriarcado. Porque si estas categorías de opresión (hombre-mujer) se comienzan a diluir (y que nuestros cuerpos no sean tan distintos las diluye con creces) también lo harán los cimientos de la dominación patriarcal.
Hablas de la próstata femenina como un territorio por decolonizar, y tus talleres, que parten de una visión educativa libre, participativa y horizontal, son una buena forma de hacerlo. ¿Cómo fueron tus primeras experiencias prácticas en el terreno?
Bueno en realidad lo de la decolonización parte de un proyecto de una amiga, Klau Kinki, llamado Anarcha Gland. Lo que ella propone es sustituir los nombres científicos de ciertas partes de nuestro cuerpo relacionadas con lo sexual, apellidos de señores ilustres que vinieron a “descubrir” cual Colón, lo que traemos entre las piernas, por otros nombres. Las trompas de Falopio, las glándulas de Skene, las de Bartolino, el señor Grafenberg en un punto impreciso de nuestro coño, como triángulo de las Bermudas… Klau, usando ideas que provienen de la teoría decolonial propone aplicar esto mismo al cuerpo, al cuerpo como territorio ultracolonizado por la religión y la ciencia.
Yo desde siempre eyaculo. Durante muchos años pensé que me orinaba, sin demasiado rollo, no me importaba, se sentía bien. Mis primeras experiencias fueron relativamente bonitas, a pesar de no tener ni puta idea de lo que me estaba sucediendo porque evidentemente nadie me lo había explicado.
Es muy interesante tu alegato por la abolición del punto G. ¿Cuánta de la frustración sexual está generada por las mentiras y medias verdades en torno a la anatomía?
Diría que toda. Aunque también generan mucha frustración sexual y corporal los estereotipos de perfección que el sistema, mediante los medios de comunicación y la cultura mainstream, trata de imponer a las personas. De pronto no tener esos cuerpos perfectos y que éstos no se comporten como nos contaron que lo harían les hace sentir a las personas como verdaderos monstruos, y en general ser un monstruo no es algo positivo (para mí sí lo es) pues genera un chingo de rechazo social y depresiones variadas. Que te digan que tu cuerpo tiene que ser de una manera determinada y que esa manera no sea capaz de reflejar lo que eres, por lo limitado, es muy muy frustrante.
¿Qué estrategias son más efectivas para rebobinarse, formatear el disco duro del heteropatriarcado y que cada persona haga suyo su cuerpo y su sexualidad sin imposiciones externas?
Para mí la estrategia más poderosa es identificar, localizar y vencer a ese enemigo interior que nos “instalan” al nacer. De ahí, desde que se consigue eso aunque sólo sea de modo parcial, el resto de estrategias se dan de algún modo solas o por inercia. Una persona que ha conseguido vencer o dominar a ese policía que nos habita será siempre, casi sin poder evitarlo, sumamente crítica con todo lo que la rodea, y tendrá que tomar decisiones y acciones al respecto.
Resulta impresionante comprobar cómo el Ananga Ranga o el Amarushataka hindú o los antiguos textos chinos aborden el tema de la eyaculación y la sexualidad de la mujer de una forma mucho más completa, en comparación al vacío occidental que existe la época grecorromana, en la que Pitágoras, entre muchos otros, hablaba del semen femenino. ¿Qué ha pasado en Occidente?
Catolicismo. Para mí esa es la crucial diferencia entre las sociedades anteriores al mismo en occidente y a las sociedades en las que no es la religión principal o donde ni siquiera es relevante a nivel cultural. El catolicismo asienta sin duda alguna una de las etapas más ténebres de la humanidad, y cuando digo ténebres me refiero en el sentido del conocimiento auténtico de nuestro cuerpo y el medio que lo rodea. No por nada quemaron la biblioteca de Alejandría y a todas las brujas (personas sabias) en las hogueras. Sobre este punto recomiendo mucho la lectura de Calibán y la Bruja de Silvia Federicci.
Incluso culturas actuales al margen de la globalización, como las Batoro, tienen un ritual para las niñas de transición de la infancia a la edad adulta a través de la eyaculación. ¿Cuánto deberíamos aprender de la sabiduría de otros pueblos y realidades?
Creo que más que aprender podríamos inspirarnos. La cultura occidental está tan contaminada a nivel de sabiduría que no creo que tenga la capacidad de “aprender”. Creo más en la inspiración, se me hace más factible.
Ahora, resides en Latinoamérica. ¿Qué diferencias percibes con esa Barcelona donde comenzaste tu andadura y que habitualmente llamas Karcelona?
Aún no me siento capacitada (ni legitimada) para establecer comparaciones y de hecho no sé si en algún momento estaré dispuesta a ello. No se me hacen una forma interesante o productiva de comprender las realidades de contextos tan diferentes. Intento no caer en el pecado del antropólogo que no puede ver ni vivir otras realidades más que contemplándolas en el espejo de lo propio.
De hecho, tuviste una gran implicación con tus performances en la lucha contra el entramado de torturas policiales y corrupción judicial del caso 4F, reflejado en el documental Ciudat Morta. ¿Qué conclusiones podemos sacar de casos tan espantosos como éste? ¿Cómo luchar contra estas injusticias?
Mi forma de implicarme fue muy de emergencia, no demasiado planeada, partía desde la rabia y la impotencia. Igual siempre tuve una sensibilidad especial ante las cagadas del Estado en cuanto a autoritarismo e injusticias. Lo del 4F no hizo más que sacar de forma drástica algo que ya traía dentro de mí. Incluso hasta hoy se me hace muy bizarro que las personas con mínimo de conciencia de lo que pasa a su alrededor no sean capaces de reaccionar ante los crímenes que nuestra sociedad comete a diario contra personas del todo inocentes. ¿Cómo luchar contra ello? Sinceramente no creo que sea algo que se elija, luchas porque es lo que te toca, y si no te toca te quedas nomás delante de la TV, tu vida apacible y tu conformismo y cooperación sistemática con el mejor crimen organizado que es el sistema.
Conclusiones no sé, esto no va a concluir hasta que ni una sola persona sea privada de su libertad o asesinada en nombre de la justicia institucional, así que de momento es un suma y sigue de barbarie, no puedo concluir nada de nada.
También tocas el tema de los bonobos, una especie mucho más semejante al ser humano. ¿Por qué esta ocultación permanente de información por parte de la Ciencia?
Durante mucho tiempo fue la religión católica la encargada de proveer de hipotéticas respuestas a la gente. Respuestas a preguntas tan básicas como “de dónde venimos?” o “quiénes somos?”. Una vez que el pensamiento lógico empezó a cuestionar esas respuestas la ciencia ocupó el rol de la religión, y no lo hizo de una forma razonable, sino que encubiertamente se transformó en la nueva religión. Ocupó el lugar de aquello que da respuestas incuestionables ante preguntas cuya verdadera respuesta podría originar desorden, anarquía y, sobre todo, libertad y autonomía de las personas. Diría que la ciencia ha sido instrumentalizada de tal modo que además de estarnos mintiendo descaradamente sobre muchas cosas esenciales, nos hace creer que ya que está desligada de los misticismos, su conocimiento nos hace más libres. Nada más lejos de la realidad.
Para despedirnos, ¿qué próximos proyectos tienes en mente? He escuchado algo relacionado con un nuevo concepto acuñado por ti, llamado ética depravada.
Jejeje, no es ética depravada (a saber en qué lugar habrás oído eso) aunque ese nombre está genial. Se trata de mi siguiente libro, que creo que se llamará Ética Degenerada y que pretende ser una actualización de la Ética Marica de Paco Vidarte, menos “marica” y más queer (finalmente no se me ocurre mejor traducción para queer que “degeneradx”). También estoy muy emocionada con proyectos que no tienen mucho que ver con lo que he hecho hasta ahora dentro del feminismo, como la carpintería o la cocina.
Muchas gracias Diana, un abrazo enorme!
Gracias a ustedes por esta entrevista tan divertida
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Todas las imágenes | Hache Herani
Marcelo
Gracias por el artículo. Un saludo.