Hambre de poesía y Polaroid

Manual de Psiconáutica

Muñecas antiguas que te devuelven una mirada cargada de nostalgia. Sonrisas revueltas, una melena pelirroja despeinada, la adolescencia eléctrica. Gatos y crucifijos, viejos juguetes, pilones de libros. Canciones y estigmas, flashes y orgasmos, la infancia retenida en una Polaroid, los besos de viernes, el porvenir como una víbora. Un hilito rosa que es necesario desenredar para jugar en el laberinto de los recuerdos. ¿Saben de qué estoy hablando? ¿No? Deberían tener Manual de Psiconáutica, el peculiar libro de Amarna Miller entre sus brazos para entenderlo bien.

Precedido por un prólogo de Nacho Vigalondo y coronado por un epílogo de Luna Miguel, Manual de Psiconáutica, editado por Lapsus Calami, presenta un formato fresco e innovador que rechaza las vulgares etiquetas tanto como su autora, por lo que nos ofrece toda una experiencia literaria. Una aventura autobiográfica en orden cronológico salpicada de fotografías analógicas espontáneas tomadas por Amarna, recortes de periódicos propios de sus juegos literarios -con reminiscencias a los divertidos experimentos del surrealismo francés-, poemas crudos y punzantes y textos en los que la autora reflexiona acerca de la importancia de la memoria, la infancia, los juicios y la doble moral social al respecto del sexo y la sexualidad, sus amores y amantes, sus miedos y sus revelaciones. Una autopsia emocional de si misma a modo de álbum poético. 

Hay que pensar que, al igual que Teseo precisó la ayuda del ovillo de Ariadna para derrotar al minotauro y escapar del laberinto cretense, todos necesitamos nuestro propio hilo rosa que nos permita regresar hacia las diapositivas de nuestros recuerdos, las palabras que nos hicieron llegar hacia aquello que somos, las personas cuya esencia se queda para siempre en la sangre. Nuestra identidad son nuestros recuerdos, lo único que no podemos perder en un naufragio. Amarna lo sabe, y generosa, se hace un corte bien hondo en la memoria y de la herida brota este libro. Un puñado de Polaroids como coágulos, poesías como glóbulos rojos, pensamientos balsámicos como Betadine para seguir adelante. No importa que no lo comprendas todo, pues ahí reside la magia y la autenticidad de una propuesta tan personal.

Al final, te sorprenderás cualquier otro día abriendo Manual de Psiconáutica de nuevo, dejando que todas las certezas se vuelvan líquidas y que las noches adolescentes, la morriña de la infancia o los sueños sin caducar de Amarna Miller te envuelvan por completo, como una madeja de postales, como un fardo de sensaciones dolorosas y placenteras. Todos peleamos contra el olvido pero – y como diría Kase-O-, este miedo tiene su encanto. Ser psiconáutico es bailar y reírse, colgarse de la memoria, aunque sea un hilo fino que te pueda arrojar al vacío en cualquier momento.

*Si todavía no has disfrutado de ella, no te pierdas nuestra entrevista con Amarna Miller en el siguiente enlace.

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